The Rock and Roll Hall of Shame

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18/10/08

ALICE COOPER - Constrictor


OFICIAL: Ante este tribunal, comparece el señor Vincent Damon Furnier, alias Alice Cooper, nacido el 4 de febrero de 1948, de profesión músico, acusado del delito de malversación artística y conducta impropia de un exponente del patrimonio cultural norteamericano. El elemento crucial de este juicio es la edición, en 1986, de su álbum “Constrictor”, considerado por esta Corte como fraudulento y atentatorio contra el arte popular.
JUEZ: Señor fiscal, proceda.
FISCAL: Gracias, Señoría. Lo que nos concierne hoy es el contenido grotesco y embustero de este disco, una obra que debería ser retirada de la venta y olvidada por el público consumidor.
DEFENSOR: Señoría, mi defendido ha colmado las expectativas de su público con obras trascendentales como “Love it to death”, “Killer” y “Billion dollar babies”, íconos de la historia del glam rock y el heavy metal.
FISCAL: Protesto. No se está juzgando su trayectoria, sino este disco en particular.
JUEZ: Ha lugar.
FISCAL: Si se me permite, Señoría, quisiera continuar con mi exposición para poder explicarle al honorable jurado la tremenda desazón y perjuicio que produjo este engendro a los seguidores de Alice Cooper.
JUEZ: Adelante.
FISCAL: Según los más prestigiosos críticos, éste era el álbum de su regreso, luego de tres años de silencio, pero el resultado de la espera fue pura decepción, ya que redunda en vulgaridad literaria y pura fermentación del más bajo hair metal fabricado ex-profeso según las normas de MTV. Cabe consignar que el oportunismo de este señor se hace evidente a lo largo del disco, donde sobran las patrañas y escasean los logros. Además, el cambio de estilo le sentó pésimo a este artista y puso en ridículo a toda una generación. Los especialistas, Señoría, le otorgan a esta obra UN punto por el tema “Teenage Frankenstein”, por ser el único que conserva la verdadera esencia, UN punto por “He’s back”, que es una canción aceptable, a pesar de su espantosa letra, y sólo UN punto a todo el resto del disco. Total: un TRES. ¡Un aplazo categórico!
Miembros del jurado: pido la máxima pena para este artista, que tuvo el tupé de grabar una asquerosidad como “Thrill my gorilla”, y la pronta confiscación y destrucción del master de “Constrictor”. Lo mismo para los sesionistas, por haber sido copartícipes de este engaño. Gente así no merece compartir el planeta con nosotros.
DEFENSOR: Protesto, Señoría. Una obra que no fue del agrado de la crítica no es prueba fehaciente para incriminar a nadie. Insisto en que se debe tener en cuenta su pasado como ídolo popular, para poder atenuar los cargos que se le imputan a mi cliente.
JUEZ: Ha lugar. ¿Qué contesta a esto la Fiscalía?
FISCAL: Si se insiste en tener en cuenta su pasado, existen irrevocables antecedentes de fraude artístico por parte del acusado, como su contribución a la película “Sgt. Pepper”, promovida por el grupo Bee Gees, el haber aportado el tema “He’s back” al ridículo film “Viernes 13 – Parte VI”, y su aparición en el Show de los Muppets.. ¡Llamo a Vincent Furnier al estrado!
(Alice Cooper se sienta en el banquillo. El oficial le toma juramento.)
FISCAL: Señor Furnier: ¿es cierto lo antedicho?
COOPER: Sí, pero fue por simple diversión.
JUEZ: Prueba contundente. ¿Qué tiene para alegar la defensa?
DEFENSOR: No tengo elementos que aportar.
COOPER: Pero haga algo, que para eso le pago, inútil.
OFICIAL: ¡Silencio en la sala!
DEFENSOR: Ud. no me dijo nada de esto, Vincent. Ante un fundamento tan categórico, no hay nada que yo pueda hacer. No queda otra chance que una total reivindicación.
COOPER: ¡No! Yo puse todo en ese disco. No siempre las cosas salen como los medios lo desean. Además, ¿cuántas veces influye la crítica en el voto del público? Yo lo considero un álbum digno.
FISCAL: Pues no lo es, y debería haberlo pensado antes de publicarlo. Y no subestime a su público, señor Furnier. ¡No es la crítica! ¡Es la sociedad toda que lo ha reprobado!
(El recinto estalla en insultos y el jurado se retira. A los pocos minutos, regresa con el veredicto.)
OFICIAL: ¡Orden en la sala!
JUEZ: Ante las evidencias presentadas y el fallo unánime del jurado, conjuntamente con el poder que me confiere el estado de Michigan, no tengo más remedio que condenar al acusado a la pena de una inmediata disculpa pública por este ultraje al rock, y fijar un precio máximo de venta por este disco de 3 dólares.
DEFENSOR: Vamos a apelar el fallo, señor juez.
JUEZ: La mejor manera de apelar es componiendo un buen disco que redima el craso error cometido en “Constrictor”. ¡Caso cerrado! ¡Llévenselo!
COOPER: ¡De todos modos, juro que apelaré!
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Y vaya si apeló. Pero se ganó dos juicios más, ya que en los años siguientes sacó un par de porquerías inexcusables como “Raise your fist and yell” y “Trash”. Recién, con “Hey stoopid”, lograría la libertad condicional artística, y finalmente, con “The last temptation”, la ansiada reivindicación.
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Dictamen: La posesión de “Constrictor” es una violación a los códigos del rock. Así que, si Ud. lo tiene… ¡marche preso!
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Otro sí digo: a aquellos que todavía piensan que el alegato del fiscal fue demasiado duro, les aseguro que, luego de ver este clip, saldrán eyectados de sus asientos para ganar la calle y conseguir las firmas necesarias para que el juicio se haga realidad.



OTROS EJEMPLARES DEL MISMO TENOR: "Lace and whiskey" (1977) ó "Zipper catches skin" (1982).
ANTIDOTO: "Billion dollar babies" (1973).