The Rock and Roll Hall of Shame

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6/10/09

DEF LEPPARD - X



Cuando una dudosa banda de ‘hard’, luego de un cuarto de siglo de trayectoria, decide publicar un álbum comercialísimo, por entero destinado a captar la atención de las adolescentes, se convierte inevitablemente en un paradigma de senilidad y, lo que es peor, de estupro encubierto. Si a esto le sumamos una insalvable propensión a destilar grasitud en su propuesta, consistente ésta en ocho baladas melifluas entre 13 temas ñoños totales, ya estamos en presencia de uno de los peores discos de pop-metal de todos los tiempos. ¿Por qué? Porque aquí no hay metal. ¡Así de simple!
Nada puede ya salvar a Def Leppard del derrotero hacia la más baja decadencia, de la peor canción de pepinos en la entrepierna, de la peor bacanal con cerveza caliente y sonrisas de groupies veteranas (más cerca del Corega que del ratón Pérez), sólo equiparable a lo que le sucedió a los integrantes de Steel Dragon en el esclarecedor film “Rock star”. Esto le da a uno más vergüenza ajena que la matanza de ballenatos por parte de los buques-factoría japoneses, que, de todos modos, logran juntar menos grasa que estos ingleses, en el pico de su pereza creativa, con “X” (encima, su 9º álbum), de 2002.
Nota: no castiguen a los que creen que estos sujetos son yanquis, pues siempre se empecinaron en sonar ‘americano’, y la culpa no es del chancho sino de quien le da de comer.

Supongo que algún fan se habrá quejado, no sólo del contenido de este abominable trabajo, sino de su título, que revela la más pura impersonalidad. Error, señores, pues este calificativo es el más exacto que pudo tener el disquito en cuestión.
Sostiene el lingüista chileno Maximiliano Mena Pérez que el uso de letra X es el indicado para designar la incógnita en las ecuaciones, y en expresiones tales como ‘lo hizo X persona’ o ‘las cosas se dieron por X causa’. Afirma que esto proviene del árabe, donde la S de la palabra “sai”, que significa ‘cosa indefinida cualquiera’, se pronuncia igual que la X castellana antigua. Por asociación, el disco homónimo nos habla de incapacidad y nulidad en los asertos más elementales, y, en consecuencia, de que la esencia de Def Leppard está más vacía que nunca, y que sus cerebros están necesitados de pasto fresco, de un pronto recambio de sangre y de vacaciones permanentes para beneficio de todos.

Esta banda, liderada por Joe Elliott y el desaprovechado futbolista Rick Savage, se formó en 1977, en Sheffield, obteniendo su nombre al reconvertir el de Deaf Leopard sólo para no quedar pegados a la etiqueta punk (?).
¡Qué puede esperarse de una banda cuyo NOMBRE se parece tanto al de Led Zeppelin que apesta ya de movida! Aquel que dice que nunca se le ocurrió asociar estos dos motes, ¡miente! Quien piensa que este grupo es fundamental en la historia del metal, ¡delira! Y el que sostiene que esta banda tiene algún mérito en su obra, más allá del debatible LP “Pyromania”, ¡alucina! Sin embargo, esta agrupación es citada en la historia del rock por ser paladines de la primera ola del heavy-metal británico (insisto, para mí, pop-metal) y bla, bla, bla. Otras fuentes hablan de sus ventas multimillonarias y bla, bla, bla. Yo sostengo que fue por un solo motivo:
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LA ÚNICA VIRTUD DE DEF LEPPARD FUE SOBRELLEVAR BIEN LA DESGRACIA DE SU BATERISTA, QUE PERDIO UN BRAZO EN UN ACCIDENTE DE AUTO, PUES, DE LO CONTRARIO, HABRIAN SUCUMBIDO AL OCTAVO AÑO DE SU EXISTENCIA.

Por consiguiente, todas las atenciones se centraron en ver cómo se las iría a arreglar Rick Allen para seguir tocando. Justo es reconocer que sus colegas estuvieron muy solidarios al no reemplazarlo, pero este espacio no se especializa en cuestiones de caridad y menos en ortopedia. Aclarado este punto, continuemos...

La banda más trivial del Mundo reunió en esta genuina herrumbre más de una docena de defecaciones inservibles, de las que se diferencian (únicamente por no ser baladas) “You’re so beautiful”, “Four letter word” (caca) y “Gravity”, tres temas tan ominosos que ni Bryan Adams los usaría para lados B de sus singles.
La producción dio asco, a pesar de haber convocado a un experto en el tema, Pete Woodroffe, y, debido a la estrechez artística obtenida, la discográfica decidió no apoyar este lanzamiento, por lo que se lo consideró un fracaso en todo sentido.

Por último, sugiero que, en vez de sufrir con este CD nauseabundo (menos rockero que una guitarra eléctrica con transporte y más desagradable que el yogur de banana marca Ser), vean el film “Histeria: the Def Leppard story”, que brinda una excelente radiografía del auge y deterioro del grupo, y de las vicisitudes de este subgénero, tantas veces risueño, cuando no grotesco.
n
Síntesis: Ya que estamos tan peliculeros… Si amás este disco, es porque en la peli “School of rock” aprobaste y aplaudiste el triunfo de la banda No Vacancy.
Pero si adorás a Def Leppard incondicionalmente, vos no sos de los que se colocan un pepino en la entrepierna. Vos te ponés un anco entero.
¿Y sabés qué podés hacer con el disco? Una regia ensaladera. Para cuando te canses de inventar boludeces.
g
"No podría quererte más, pero podría quererte mejor.”
“Cuando el amor es rey, no necesita palacio.”
“Se puede ser feliz sin talento, pero no sin pasión.”
“El amor es el único idioma que puede prescindir de las palabras.”
“Sólo los cuerdos aman con locura.”
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Estos aforismos de José Narosky, mezclados con este clip de "Long long way to go", constituyen un cóctel explosivo, mucho más potente que seis pastillas de Viagra al hilo. Piensen en las consecuencias...


OTROS EJEMPLARES DEL MISMO TENOR: "Slang" (1996), "Euphoria" (1999) ó "Yeah!" (2006).
ANTIDOTO: "Pyromania" (1983).