The Rock and Roll Hall of Shame

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5/10/07

RAMONES - Acid eaters



¡LOS DISCOS DE COVERS SON RECURSOS FACILISTAS! No sirven para nada, a menos que las versiones superen a las originales. En esos casos es porque hay un trabajo fecundo de recomposición para que las mismas queden casi irreconocibles (véase The Residents o Fraticórnicos). Y qué tontería, pues con algo de esfuerzo extra, es decir, cambiando las letras, dichas bandas obtendrían temas propios. Algo para reflexionar: una cosa son The Punkles “ramoneando” canciones beatle, con una excelencia, buen gusto y respeto pocas veces vistos, y otra muy distinta son los Ramones versionando clásicos del rock de antaño, cosa que les sienta tan bien como una película de David Cronenberg a Eddie Murphy.
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Que quede claro, señores: Ramones es la más grande banda de punk rock de todos los tiempos, la más influyente y, paradójicamente, una de las menos afortunadas de toda la historia de la música, ya que jamás disfrutaron del éxito masivo. Me refiero a la cuestión de las ventas corporativas, aunque esto sea un factor que a muy pocos seguidores del grupo les importe (me incluyo).
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Han sido elevados a la categoría de paladines absolutos del género, brindando cátedra a los futuros héroes del ramo, y verdaderos mensajeros espirituales de la más pura esencia de la autenticidad y la ACTITUD. Adhiero fervientemente a esta postura pero también debo admitir que no se trata de dioses, ni de semidioses, ni de nada por el estilo, sino simplemente de unos pioneros superdotados con la más pura ONDA, que también fueron HUMANOS. Humanos que vivieron y murieron, que disfrutaron y sufrieron, y que mostraron genialidades y también flaquezas. Y como humanos que fueron (o son), pueden caer perfectamente en la terrible desgracia de estar en este blog.
De hecho, lo lograron con “Acid eaters” (editado en 1993, considerado por muchos como una de las poquísimas vergüenzas artística de su frondosa y entrañable discografía), su disco más al pedo; no así el más feo, ya que dicho lauro lo ostenta el execrable "Subterranean jungle".
Este disco está equivocado en tiempo y forma. Probablemente hubiese sido una interesante movida estratégica en 1982, para contrarrestar el demasiado producido “End of the century” o el muy pop “Pleasant dreams”, álbumes que ya de por sí, aunque geniales, se diferenciaban bastante de las trascendentales joyas punkies del periodo 1976-79.
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“Acid eaters” no es otra cosa que un disco 100% conformado por covers que no son más que PURAS SIMPLIFICACIONES DE GRANDES COMPOSICIONES de los 60’s tardíos, y que fueron adaptados a números ‘ramoneros’ de fabricación industrial, sin velocidad ni ingenio, es decir, meras parodias que no agregan nada al historial de la banda de Forest Hills.
Así se suceden recreaciones genéricas aburridísimas de famosos temas de Creedence, Jefferson Airplane, Rolling Stones, Ted Nugent, Beach Boys, The Who, etc. etc. etc.
Reconozco que una canción como “Substitute”, que incluye al mismísimo Pete Townshend como invitado, me intriga escucharla en la versión que sea, incluso si llegara a hacerla, por ejemplo, cierta agrupación de strippers llamada Maná. ¿Se dieron cuenta de que Maná y Los Nocheros tienen la misma imagen? Bueh, me fui al carajo… (¿Me fui al carajo?) Asimismo, escuchar el himno hippie "Somebody to love", en versión anti flower power, también es una experiencia única, pero de ningún modo algo trascendental. Hasta el clásico dylanero “My back pages”, o el maravilloso “7 and 7 is”, de Love, están simpáticamente concebidos, pero todo termina inexorablemente allí: en el intento desesperado de llamada de atención de una banda que venía experimentando su peor período y que se resignaba a su inevitable final, el que llegaría sólo unos tres añitos después.
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Luego de tres o cuatro canciones, este álbum me invita cordialmente a zambullirme en mi batea para darme de bruces exactamente sobre los vinilos de “Rocket to Russia” e “It’s alive”, que están juntitos allí, muy quietitos, rozándose los polietilenos de sus tapas ya gastadas, y siendo imaginados por mí en un acto delirante y absurdo, en el que ambos LPs se aman y procrean la mejor música cruda y visceral del mundo.
¿Tendrá algo que ver con este engendro el pobre CJ? Digo esto porque no creo que el bueno de Dee Dee hubiese tolerado este engendro. No, no y cien veces no…
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En síntesis: Si tenés este disco en tu haber es porque forma parte de un CD-rom con la colección (nunca completa) en mp3 que conseguiste en algún puesto marginal de estación de tren. ¿Sabés? Tendrías que haber regateado el precio del CD, aunque esto significara unos pocos centavos. No es por pijotear. Es porque no se puede desembolsar dinero por “Acid eaters”. ¡Así de corta!
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Cuando la banda punk más grande de todos los tiempos hace un cover de la banda hippona más emblemática de la historia, ocurren descalabros culturales y existenciales como éste. No todo se combina, no todo va con todo, y éste es el paradigma del desconcierto. Algo así como un riquísimo postre helado de kanikama split.



OTROS EJEMPLARES DEL MISMO TENOR: "Halfway to sanity" (1987) ó "Adiós, amigos" (1995)
ANTIDOTO: "Ramones" (1976)