The Rock and Roll Hall of Shame

Mostrando entradas con la etiqueta GG Allin. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta GG Allin. Mostrar todas las entradas

22/2/09

GG ALLIN - Carnival of excess




Los entendidos en escatología afirman que es de buen tono ubicarse dentro de alguna categoría que ofrece el arte de la apreciación de la mierda, y no ser un simple improvisado en la materia. Aunque no lo crean, dentro de este mundo hay escultores, equilibristas, reposteros y otros, algo más moderados, los sonidistas. La ‘cacona’ atrae a estos especímenes, que por suerte no representan más del 0,002% de la población mundial, pero que, a fuerza de caos, llaman la atención irremediablemente.



La vida de Kevin GG Allin fue un compendio enfermo de arte escénico, donde no había límites para sus excesos, actuando desnudo, golpeándose con el micrófono, recibiendo puñetazos del público, dejándose escupir y lacerar, defecando en escena, comiéndose su propio excremento, arrojándoselo a la gente, dejando que sus novias vomiten, orinen y evacuen en su boca, probando todo escabio y droga barata que llegara a sus manos, violando mujeres inocentes que por alguna razón confiaban en él, y muriendo por sobredosis de heroína (lo que fue una bendición, pues había anunciado que se suicidaría en vivo, llevándose a unos cuantos del público con él). Estas “cualidades” fueron las que lo hicieron famoso. ¿Famoso? ¡Nada más lejos de la verdad! Si hay alguien que le debe más de tres cuartos de su fama a la Web es este sujeto, ignorado olímpicamente antes del fenómeno de la globalización.
¿Puede alguien con un mínimo de cerebro ponderar media actitud llevada a cabo por este reprobado engendro? Sin ánimo de comparar, pero Pink Floyd tuvo que rodearse de una parafernalia de luz, imagen y sonido para suplir una presencia escénica pobre e inanimada. Por lo tanto, sostengo con hechos que un tipo que realizaba este tipo de acciones era un tercio imbécil, otro tercio manipulador y el tercio restante incapaz, necesitando, por todos los medios, ocultar su falta total de talento artístico a través de estas aberraciones mediáticas. Nadie puede ubicar a este hombre dentro de sus más caras preferencias, simplemente porque esto atentaría contra el sentido común, y estaríamos hablando de insanos mentales, gente que no me interesa tomar en cuenta a la hora de un criterio musical.



Pero hay que ser justos. No son pocas las personas a las que la escatología les sienta como anillo al dedo y sueñan con tener una experiencia con estiércol. En la mayoría de los casos, todo queda arrinconado en sus mentes, pero GG Allin vivió ese sueño e hizo que, al lado suyo, estrellas “transgresoras” como Sid Vicious e Iggy & The Stooges se vieran como Perry Como y los Osmond Brothers, respectivamente.



No me importa, en el fondo, lo que hizo este señor con su culo, pero sí me indigna que haya usado la música como vehículo para mostrar sus patologías y ocultado la verdadera mediocridad que pasaba por su podrida mente: una música de muy baja calidad.
Puede que siempre que se hable de Allin sea por motivos extramusicales, pero, aunque la proporción es muy baja, en cada disco se puede encontrar alguna que otra canción interesante (además de shockeante), cualquier bestialidad que se pueda uno imaginar de títulos como "Suck my ass it smells", "Dog shit" o "Sleeping in my piss"; todo contenido en un punk rock corrosivo, berreta, rancio y muy maloliente, valga la redundancia.



¿Por qué elegí este disco en particular si, al fin y al cabo, es el mejor producido de todos? Porque retrata al GG Allin menos representativo, en un álbum donde escasea por completo la tan promovida violencia. En este albumejo, de neto corte COUNTRY & WESTERN, Allin -junto al Criminal Quartet- deja de lado toda distorsión y toda podredumbre, llegando incluso a sonar y ¡CANTAR! al mejor estilo Johnny Cash o John Denver. Pero, a pesar de mostrar letras algo más maduras que en otros trabajos -caso “Outskirts of life”- y buenas recreaciones de covers –caso “Carmelita”-, ¿qué quería probar con esto? ¿Que usando el género más machista y segregacionista del mundo se vería como el más macho entre todos los arios?



¡¡NINGÚN FAN DE COUNTRY ELEGIRÍA ESTE DISCO Y NINGÚN SEGUIDOR DE GG ALLIN ELEGIRÍA ESCUCHAR COUNTRY!!



Siempre cabrá la duda en torno a este siniestro personaje: ¿era o se hacía? Él especuló con nuestra duda durante toda su vida, y construyó, desde esta incertidumbre, su carrera. Internet hizo todo lo demás.



Si el punk presuntamente tenía que demolerlo todo, transgredir, vivir rápido, morir joven y dejar un adecuado cadáver, GG Allin se tomó todos estos principios al pie de la letra y se dedicó a inmolarse sobre el escenario a lo largo de los 15 años que estuvo activo.
n
Conclusión: No está mal que tengan un compilado de GG (podría ser “Faggots, freaks, drunks & junkies”), porque tampoco se trata de pedofilia o satanismo. Pero seguir de cerca a este monstruo es otra cosa. Piensen que en algún momento de su vida van a tener que salir a buscar trabajo, y a la turrita que les tomará la entrevista le gusta que lleguen oliendo a lavanda.
g
Para escuchar adecuadamente esta cursilería de cover de "Carmelita", uno tendría que comprarse un camión oxidado y destartalado, todo cagado por las gallinas y acompañado de las peores ruteras sifilíticas del condado. Si no es así, mejor hacerse mormón. (¡O escuchar otra cosa!)



OTROS EJEMPLARES DEL MISMO TENOR: "Boozing and pranks" (1985), "Aloha from Dallas" (1995), "Terror in America" (1995), "I was a murder junkie" (1999) ó "Res-erected" (1999).
ANTIDOTO: "Freaks, faggots, drunks & junkies" (1988).